Pensando en Roma, y se podría decir que Italia en general, tenemos en mente la imagen de cualquier otro bonito lugar europeo, cosmopolita, ordenado... No nos engañemos, esto es totalmente distinto. Esto es el caos, viven según sus propias normas, si es que tienen, y las cosas acostumbran a tomarlas con calma, mucha mucha calma. También el transporte se rige por estas leyes populares de la cultura italiana. Eso quiere decir que cuando te pregunten cuánto tardas en llegar a algún sitio, estés en donde estés, la respuesta más adecuada sería entre 10 minutos y 3 horas. Vaya, lo que es un momento.
Evitar este tipo de situaciones es muy fácil: siempre que podáis ir en metro, no lo dudéis dos veces. En Roma nunca te fíes de un autobús o un tranvía. Es el transporte de ricos vs. pobres.